¡Felices Fiestas, fin de año 2016 y entrada en 2017! Me gustaría mucho realizar un repaso personal a lo que he podido jugar en este prolífico 2016. En resumidas cuentas, lo puedo titular como "el bautizo", debido a que me he puesto al total día (dentro de mis posibilidades y del tiempo disponible) con la presente generación, metiéndome de lleno en ella a través de varias plataformas, principalmente PC, PS4 y Wii U, sin despreciar las portátiles que tanto amor me brindan. ¡Allé vamos!
El que no esperaba.
No esperar nada de un videojuego (ni bueno, ni malo), genera en uno la más poderosa de las virtudes, y es poder sorprenderse positivamente a lo grande, a lo muy grande. En el caso de DOOM, me he reencontrado con un viejo amigo. El FPS "bobalicón" de matar sin pretensiones, pero sin renunciar a mapeados ciertamente complejos, recargados y llenos de oleadas malignas, apretar el gatillo sin hacer preguntas y sin preocuparme de la lógica del entorno, de la consistencia de los eventos, del realismo en el equipo del personaje o de cualquier otra cosa que me haga dejar de jugar para ser un observador en la penumbra (con una banda sonora con la que te daban ganas de romper la casa a macetazos de la intensidad). Me he sentido en todo momento el responsable primero y último de cada acción ejecutada y de cada muerte sufrida; en resumen, he hallado al mejor amigo del jugador silencioso en estas 60 horas invertidas. Su editor de fases, así como la campaña me han tenido horas y horas enganchado, ratón y teclado en mano, disfrutando de una de las mejores obras que este género haya dado últimamente. Malas noticias para quien inventase la norma que este título por fin ha roto de "dos armas a la vez, más realista". Honestamente... ¿En serio? ¿Quién quiere eso en un juego de pegar tiros? Gracias por haber escuchado a los "simplistas" como yo. Matar. Avanzar. Fin.
Me hiciste agonizar y te ganaste mi respeto.
Dark Souls III fue un título bastante esperado por mi parte. No, no me considero fan de la saga Souls, no al nivel de varios amigos o amigas que conozco, pero si soy un buen seguidor del juego de acción competente y amigo de las dificultades más perras. Y no pude evitar entrar en total sintonía con este juego. Tras haber completado Demon's Souls fui directamente a pasarme este, ¿por qué? porque no tenía tiempo de acabar el 1 y el 2 con tantísima cosa que estaba jugando antes del lanzamiento en Abril, y la razón más importante: no quería que nadie pudiese spoilearme el juego. Así que desoí algunos consejos y salté directamente a este, para evitar cualquier oleada de datos que no quería conocer a través de terceros. Lo que me encontré fue maravilloso, una ingenieria de mapas excelentísima, una verdadera pieza de buen gusto en cuanto al avance, estudiado prácticamente al milímetro, batallas muy logradas, situaciones de auténtico terror emocional viendo mi muerte repetirse hasta el infinito, y una retahíla pura de ensayo y error tras cada intento. ¿Sensaciones genéricas, que tiene todo el mundo, que ya has leido? Seguro; pero para un jugador de Shmups y juegos de acción duros como yo, acostumbrado al dolor de verdad, a la mayor de las agonías, aquí hallé bastante de eso, e incluso más, no sé explicarlo. Es otro dolor dentro de la escala de males. No me interesa apenas su lore (lo siento, no lo encuentro interesante, al menos como está estructurado, y por suerte su desarrollo es tan inteligente que respeta también a los que no deseamos profundizar en eso), pero jugablemente he visto un diamante que volveré a pasarme más veces, estoy seguro. Apuntadlo.
Una estrella de las estrellas, mi GOTY 2016.
Kirby: Planet Robobot ha sido el juego que más placer me ha hecho vivir en este año de lanzamientos, reviviendo mi 3DS. He podido comprobar en mis carnes, hasta dónde puede llegar el cariño de un equipo creativo en cuanto a mecánicas, hasta dónde llevar a un personaje para que en más de 20 años de historia no parezca estancado, es más; que de la sensación que no había dicho aún todo lo que debía. Es una opinión personalísima, única e intransferible, pero he visto a la HAL Laboratory más madura posible. Un equipo que parece haber entendido cuál es la talla de este personaje, qué es lo que está dispuesto a protagonizar, con unas rutinas enemigas y situaciones de lógica plataformera y secretos puzzleros a leguas superior a la de cualquier otro. Cuando se conjuga la madurez de años como profesional con la pasión loca de un niño, con su tremenda e ilimitada imaginación, puede salir algo muy grande. En este texto espero haberle hecho justicia, al que ha sido para mi, la obra cumbre de HAL, una muestra de "know how" que acerca al rosa a una experiencia de acción de primer nivel, que echa pulsos sin palidecer a cualquier héroe "sidescroller arcade" que tengamos en mente.
El héroe que el Cosmos necesitaba de nuevo.
Una de las principales razones de tener una PS4 (venida la consola por sorpresa a casa, todo sea dicho) era este juego, el cual ya he analizado. Ratchet & Clank ha sido el reinicio y la vuelta de uno de mis personajes favoritos del mundo del videojuego (soy fan incondicional desde 2003). Tras 3 años de parón, la rata ha estado en muy, muy buena forma. No la mejor que ha conocido, pero si una que le ha permitido seguir saltando de mundo en mundo, impartiendo justicia sideral. Un título de acción completo, recargadísimo de detalles, con un aspecto visual que reivindica para lo que nace una consola y su propósito, una carta de amor de profesionales y personas que entienden, mejor que nadie, cómo debe ser su personaje. Un respetuoso reset que en realidad, sólo resetea el argumento, puesto que Ratchet & Clank sigue siendo un Ratchet y conserva prácticamente todo lo que hacía única a la franquicia, un espejo en el que mirarse pero que sólo otro Ratchet podía utilizar. Dicho reflejo es la vuelta a la vida, tras un letargo necesario para reflexionar, de uno de los más grandes de SONY. Al meter el disco en la consola y jugar, tanto si eres nuevo como si no, vas a amar enseguida lo que protagonizas. El "Ijon Tichy" animalizado está de vuelta, y tiene ganas de llevarse por delante unos cuantos chalados espaciales.
Lloré. Sentí. Cuatro amigos de los que yo era uno.
Lo tenía difícil. Nunca perdí la esperanza con Final Fantasy, ya que fui capaz de valorar cada uno de forma individual; soy de esa especie criada en laboratorio que soportó Final Fantasy XIII y que incluso le gustó y lo recomendó. Aún así, ya no esperaba en esta saga ciertas cosas, ciertos guiños y mecánicas ya enterradas... me pude sumar un poco al pesimismo global, básicamente por ser demasiado nostálgico y poco práctico. Así que me puse serio y dejé, por un lado, que el hype no me dominase, y por otro lado, que la terquedad generalizada de la fanbase no me quitase la esperanza. Final Fantasy XV es la "cerrada de boca" en ese sentido más grande que una desarrolladora importante me haya practicado. Square-Enix no llevaba años fabricando algo poco ambicioso, vacuo, superficial. Todo lo contrario, preparaba la vuelta de aquello que se ganaría el respeto colectivo de su saga más querida, y por culpa de este caldo de cultivo nuevo en el que vivimos donde el desasosiego y la nostalgia empedernida reinan, no creo que haya calado lo que debiera. Pero, para mi, doy fe que tras 71 horas jugadas (me quedan algunas más para traeros el análisis) y ya con el final visto, aquí han querido volver por la puerta grande. Divertido a rabiar, adictivo como pocos, pasional, inteligentemente diseñado... ¡es increíble empatizar con los personajes, cosa que no me sucedía desde hace años! ¡Más increíble es quedarme enganchado en el post-juego de un mundo abierto, cosa que ni hacía ya! Hasta pude derramar unas lágrimas con el final del mismo; qué gran viaje... quería que nunca terminase. Ha merecido la pena cada minuto y cada euro que invertí. Lástima haber desperdigado este prodigioso universo en tantos formatos, pero se ve que es el "2.0" del videojuego (la suma del juego base, DLCs que complementarán la historia y contenido audiovisual externo que la refuerza). Entra una nueva era donde, nos guste o no, muchas compañías van a servirse de ese factor de dividir los contenidos, espaciarlos y, en resumen, perpetuar las aventuras más de lo necesario. Tras la larga espera, bien habría estado tener todo disponible y centralizado, pero no me corresponde juzgar tan a la ligera esta decisión. FFXV ha sentado un precedente debido a sus buenísimas ventas para el futuro, que veremos si nos agrada; a nuestras carteras desde luego no. Sin embargo, FFXV está tan completo como cabría esperar de un juego de sus características (habiendo echado de menos algunas cosas), y no me enrollo más, os emplazo al futuro análisis en Enero dentro del Blog. Un juego con el que me tiro 12 horas seguidas no puede ser tan malo.
Otros cuatro amigos, esta vez en el espacio. Gran satisfacción.
Nadie esperaba más que yo el último Star Fox. Gracias a que me compré la Wii U este mismo año, pude acceder a esta experiencia. Una de las únicas sagas que me hizo literalmente soñar con más aventuras. Cuando me iba a dormir de niño, mis mundos oníricos se basaban en estos otros. Star Fox Zero me ha llenado lo suficiente como para tenerlo presente, seguramente, lo que me quede de vida. No entraré en cuestiones técnicas o de control, puesto que una vez dominado pude sumergirme de lleno en su jugabilidad. Es bastante cansado analizar eso sin pararse a ver qué ofrece como juego. Pasé rápido ese trámite que tanto dolor le ha provocado a muchos y me puse manos a la obra (dolor a veces prestado de opiniones ajenas, que "jugar" a través de YouTube está muy de moda lamentablemente). Aunque el pesimismo colectivo no ha ayudado para nada a este juego, espero pronto sacarme la espinita escribiendo sobre él en esta casa. Toda una demostración de buen hacer en el campo del Shmup 3D, con la mayoría de ingredientes que el más exigente de los fans del Arcade y del juego clásico de acción pueda demandar, rejugable hasta decir basta, muy satisfactorio también musicalmente. Tengo la sensación de que bastantes personas han hablado a través de otras con este título concreto, qué le vamos a hacer. No sé si esperaban más del juego por ir firmado por Platinum Games o por llamarse Star Fox, en cualquier caso hay poca información en general en España sobre esta saga y no demasiadas personas que hayan ido siguiendo la franquicia, lo cual puede despistar a la hora de qué ingredientes debe tener un Star Fox canónico. Por ejemplo, leí a gente sorprendida de las fases circulares (las de all-range mode o modo libre), ¿por qué? Ni que fuera nuevo eso. La inmensa nostalgia y recuerdos de Star Fox 64 (Lylat Wars) también ha lastrado mucho el poder valorar este videojuego de manera autónoma, y mirad quién os habla (el perraco que se ha pasado más de 50 veces SF64). Sin olvidarme de los palos que se le han dado a este juego por personas que no tienen Wii U, que no han jugado, y que, por supuesto, no tienen a Nintendo en sus preferencias. ¿Para que cebarse con algo que no vas a jugar en tu puta vida, hablando mal y pronto...? En resumen, poca información propia y muchas nueces, o en el mejor de los casos, partidas máximas de 1 o 2 horas tachándolo de corto y perlas que ni me voy a dignar a rebatir ahora mismo, junto con análisis de prensa hechos sin ganas. Por supuesto, mezclado igualmente con gente que se ha esforzado por jugarlo, para ellos todos mis respetos, para los loros que repiten lo de sus gurús favoritos de internet un mojón gordo. Los juegos se juegan para formarse una opinión. Podéis ver este videoanálisis que hice dos meses después de su salida. ¿Sabéis qué? El nombre de este sitio viene de Star Fox Zero, de una de las mejores fases que la serie ha tenido (Sector Omega).
14 años después, vuelves a mi vida.
Viví en su momento el fenómeno en casi toda su extensión, desde Pokémon Azul, mi primer título de la saga. Cartas, videojuegos, intercambios, batallas, eventos oficiales, spin-offs, anime... Pero surgió la encrucijada después de Pokémon Oro: mantener mi PS2 y nutrirla, o mantener Game Boy Advance. La disputa fue declinada en favor de PS2 y sus juegos. No volví a Pokémon por no encontrar ya suficiente motivación en la saga. Hasta este año; por alguna razón, Pokémon GO! me enganchó como ningún otro juego de móviles. Volver a recordar los nombres y condiciones de esas mágicas criaturas llenó un hueco vacío en mi, posiblemente reservado única y exclusivamente a ese fenómeno. Nunca sustituí la satisfacción de Pokémon por otra cosa, simplemente esperé pacientemente. Pokémon Sol, el cual estoy a punto de completar (lo siento, FFXV ha robado todo mi tiempo) tiene el suficiente número de novedades como para haberme hecho volver. Más reglas, mejor historia (fascinante, emocionante), más criaturas fascinantes e inéditas para mi (tengo que aprenderme casi 500 "nuevas"), música de primerísimo nivel, gráficos increíbles... 3DS este año ha sido genialísima, cómo se nota la casa de la que viene. Lo que he notado es cómo se ha ido complejizando el aspecto puramente estratégico, la inmensa cantidad de variables a tener en cuenta (matemáticas puras y duras en resumen) se aprecia muchísimo en la grandísima comunidad competitiva que se ha creado, conjugándose en las extensísimas guías de cría y demás detalles, que, en manos de expertos, pueden terminar en colosales enfrentamientos pautados y estudiados hasta el último dígito. Hay una separación radical entre jugar por diversión y en entrenar a conciencia para poder competir en condiciones; un Universo paralelo este último que escapa a mi pericia. En fin, daré más detalles en un próximo análisis, ya que lo he dejado algo aparcado casi por el final, culpable. Decidueye ya me está echando de menos...
Este acertadísimo anuncio resume sin palabras lo que me ha pasado con el juego. Y como yo, otros miles.
Decisión tomada a ciegas; acerté de lleno.
En el plano indie también he podido probar grandísimas propuestas este año, que creo merecen artículo distinto y más profundo. Pero Thumper tiene que estar en esta lista. Di click a comprar en Steam sin haber leído absolutamente nada. Vi un minuto del mismo en video y no me lo pensé; los que me conocen desde muy pequeño saben que así funciono yo en el mundo del videojuego. Si algo me guiña un ojo, me dejo guiar. Y al final, acabo enamorado. 34 horas después, Thumper ha sido un emocionante y desquiciante viaje por las mecánicas de avance más simples que pueda tener un videojuego. Un botón de acción, direcciones y tus sentidos. Minimalista en concepto, grande y profundo en acción. Este texto de la amiga Rokuso os puede convencer de probarlo; no creo poder sintetizar mejor esta pasión por el portento que ella. ¡Videojuego fascinante! Me hizo vibrar, me hizo ver el mundo a cámara lenta después de unas horas de vicio. Jugando a Thumper aumentas tus reflejos, mejoras; sientes cómo cada vez eres más rápido y todo lo demás, más lento. Musicalidad, temores abstractos, jefazos que rozan el delirio y la ejecución más perfecta que puedas realizar mecánicamente es lo que te espera. Una buena memoria ayuda igual, es un juego muy exigente.
Magna sorpresa, depuradísima técnica, increíble resultado.
Furi ha sido para mi el "meteorito 2016". Un cuerpo celeste que no vi venir hasta que me aplastó con su contundencia cósmica y su fuerza, del cual no sabía absolutamente nada. Pagué el Plus de PS4 solo para poder vivir esta experiencia, ¿y qué he encontrado? Pues uno de los rivales más duros que cualquier AAA tenga el placer de tener delante. El "Boss Rush" más exigente que haya salido últimamente, con una mezcla perfecta entre Shmup y Hack 'n Slash. Incomprendido por quien no entiende qué significa ensayo y error (el auténtico, no el que puede ser evadido mejorando unas estadísticas o pidiendo ayuda en un online), y amado por quienes hemos visto en él pureza. Pureza ésta sin edulcorar, adornado en todo caso por una historia la mar de interesante que se va contando "al revés", pues que no entendermos nada sino deshaciendo el camino, volviendo desde el final del viaje del protagonista hasta su principio. Un concepto interesante, con un personaje mudo, que no necesita hablar, sólo ejecutar. Una refinadísima experiencia que creo, debe ser vivida, que nos maltratará jugablemente hablando y nos hará querer estar a la altura. Recomendadísimo para quienes crean que dominar la lucha cuerpo a cuerpo necesita de retos balísiticos, o viceversa, que no todo sea matar a distancia. Patrones enemigos tocados por los Dioses, proezas dignas del mejor de los Shmups. Y gráficamente bello como las puestas de sol. Híbrido por denominación, y el rey de su formato prácticamente.
Menciones especiales
2016 no acaba aquí. También es un año donde me he podido poner al día con muchísimos videojuegos (sobre todo de Wii U) que no pude disfrutar anteriormente:
- Donkey Kong Country - Tropical Freeze: El que he coronado como mejor plataformas de la octava generación, fabricado en Wii U. Perfecto en todo, equilibrado, imaginativo hasta la muerte. Donkey Kong está en uno de sus momentos más dulces y que, si no es ya recordado por su segunda edad dorada, lo será en unos años. Retro Studios sabe qué es un plataformas bidimensional. Basta ya de compararla con Rare, eso ya pasó. Amo los DKC como el que más, pero esta segunda edad de oro merece ser saboreada totalmente por separado, hablando del hoy como el hoy y no la continuación del ayer. Tras haberme pasado el juego cinco veces (cuatro en solitario, una en compañía), os emplazo a otro análisis cuando decida hacerlo.
- Super Mario Maker: Mi droga culpable de 2016. Tras unas 250 horas jugadas en Wii U todavía siento que no he dicho todo. Muy contento, por otra parte, de que tanta gente haya podido disfrutar las modestas creaciones que han salido de mi mente, y por supuesto, encantadísimo de haber podido probar un buen puñado de las de los demás, a leguas inspiradoras para un servidor. Mucho que decir, pero mucho más que jugar. Aqui puedes ver mis fases.
- DARIUSBURST Chronicle Saviours: Tras 200 horas sumando las tres versiones, en 2016 he seguido dándole caña. El primer semestre de este año fue un salvavidas total en PSVita, puesto que amenizaba los viajes al trabajo de forma brutal (se me pasaban volando las horas). Gracias a los DLCs lanzados paulatinamente durante el presente año, he tenido más excusas para continuarlo en PC, y hace poco por fin pude jugarlo a dobles con Anti gracias al juego remoto de PS4. Una delicida de Shmup y que continúa vivito y coleando. Ah, y en 2017 seguirá vivo, palabra.
- Bot Vice: Un indie español que me ha pillado totalmente desprevenido, letalmente difícil y muy, muy bien realizado, sin nada que envidiar a cualquier juego de su género o de otro país con más trayectoria en ese campo. Mis máximas felicitaciones a sus artífices.
- Darksiders Warmastered: Ya estoy cerca de acabarlo en PS4, pero es uno de esos videojuegos a los que vuelvo cada cierto tiempo. Una de mis franquicias predilectas de la séptima generación, que ha vuelto al ruedo (y no en forma de chapa como Alf). Emocionante aventura jugablemente hablando, diciéndole un "hola" firme y determinante a Zelda y su estructura. Un aprendiz en el fondo, pero uno de esos buenos y orgullosos de su maestro, con personalidad propia.
- NieR: Lo tengo a medias en PS3 por la increíble acumulación de juegos que, como estaréis viendo, me he procurado este año. Una fascinante propuesta híbida de géneros, todavía llevada más allá que Furi o cualquiera que se os ocurra, que tiene ya unos añitos pero que no tuve a bien descubrir sino hasta hace bien poco. Lo que llevo jugado me encanta, y aunque soy hombre de "pocos textos in-game", creo que su universo es lo suficientemente entretenido como para no huir de él a golpe de espadazos. Por cierto, riquísima la parte Shmup más que evidente, que parece haber sido potenciada en Automata. Espero decir algo más de él en 2017 (si, soy nuevo y he descubierto el susodicho este año, no me tachéis de impuro).
- Super Mario 3D World: Tener la Wii U este año, como imaginaréis, me ha reportado vicios tremendos a leyendas que no había podido catar. Esta ha sido una de ellas, y aunque a nivel sensaciones me ha dejado menos satisfecho que los Galaxy, creo que es un juego de sobresaliente en lo suyo. Después de todos, están detrás los máximos genios de este género. Un derroche de imaginación en cada fase que no puedo alcanzar a definir, pues en lugar de un análisis terminaría haciendo una "guía esencial de fanboyismo en cada fase". Idóneo para completistas y que aún me tiene ahí, consiguiendo todo, cual Diógenes de las estrellitas.
- Final Fantasy X HD Remaster: Cada cierto tiempo, descorcho el magnífico FFX. Volver a él en formato HD a 1080 en mi PC ha sido orgásmico, 100 horitas han caído. Pocos remastereds han estado tan cuidados como este, con muchas opciones nuevas y un lavado de cara apoteósico. ¿Qué decir de uno de los videojuegos de mi vida? Simplemente rememorar la historia de Tidus, Yuna, Auron, Wakka, Lulu, Rikku y Kimarhi me llena de emoción. Además, esta vez he podido realizar mi sueño: Todas las estadísticas importantes a 255 incluyendo Suerte, y 99.999 de vida con cada personaje, habiendo matado a todos los Eones Oscuros a hostias, nada de "Yojimbadas". En PS2 tuve una partida increíblemente avanzada con más de 300 horas ahí, pero no había conseguido esta frikada nunca. Viva el farmeo.
- Asura's Wrath: Un año este donde he seguido usando PS3, como si nunca hubiese muerto (porque seamos sinceros, no ha muerto). Lo he podido terminar en compañía como si de un rico anime se tratase (lo tenía aparcado), viendo en él poderosas virtudes más allá de esos clichés que se han criticado del mismo. Un despliegue de imaginación que me ha hecho estallar el cerebro, con unas situaciones de jefes que iban de menos a más, hasta el punto de estar protagonizando la mayor odisea jamás concebida para un ser vivo. La parte Shooter, "mu rica" aunque sencilla, lo interesante estaba en ir viendo cómo se destruía todo y cómo la fase se iba retorciendo. El diseño me ha vuelto loco, me ha fascinado. Tengo la sensación de haber vivido un clímax constante que no decrecía, la venganza más putamente histérica que me haya echado a la cara. Qué categoría.
- Hyrule Warriors: La versión de Wii U me ha encantado. No soy asiduo de los Musou, pero mezclar ese género con Zelda es verdadero porno jugable. Una orgía de espadazos, ataques exagerados y adicción mire por donde se mire. Hecho para jugar hasta el infinito u odiarlo, no tiene término medio; a mi me ha fascinado. Creo que tengo juego para lo que me queda de vida... no se acaba nunca el joputa.
- Ikaruga: Mi deuda pendiente con el que muchos consideran el rey de su género y de su vista (Shoot 'em Up). No sé si estoy dispuesto a otorgarle tal título de honor al vertical de Treasure, lo que me queda claro tras 54 horas de sufrimiento demoníaco e inconmensurable, es que lo he amado. Tras completarlo a un crédito en su modo Normal, estoy preparado para la otra vida y la siguiente, y la siguiente también. Lucifer, cúrrate mi castigo, porque en vida ya he tenido suficiente.
El perdón.
No puedo despedir el año sin perdir perdón a: Bloodborne, Star Fox Guard y Wonderful 101. Los tengo comprados nuevos y sin estrenar. Pecado. Máximo pecado. SHAME, SHAME. Ya le pondré remedio, ¡lo siento de veras!
Y no puedo olvidarme de Kirby y el Pincel Arcoiris de Wii U, Fast Racing Neo, Battle Crust de Steam, DeadCore, Tomb Raider 2013, No Man's Sky y algunos más que seguro que releyendo el artículo digo "cáspita, me he olvidado de ti" (Shmups, fijo). Pero bueno, ahí están todos los que quería nombrar. Como véis, un año para mi bien cargadito de cosas. Mi año también ha sido más feliz gracias a todas las personas de las que haya podido leer algo, hablar etc. A todos vosotros y vosotras, gracias por aguantar a este viciado sin fronteras. Os sigo de cerca. ¡Feliz salida y/o entrada de año!
fran_friki
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